El vocablo café se deriva del árabe “kahwah”
(cauá), llegando a nosotros a través del vocablo turco “kahweh” (cavé), con
distintas acepciones, según los idiomas, pero conservando su raíz.
Se trata de un arbusto
siempre verde originario de Etiopía. Es sin duda hoy uno de los vegetales más
conocidos en el mundo entero. Una versión dice que el cafeto o café fue
descubierto casualmente por un pastor al ver que sus cabras, que habían comido
el fruto de esta planta, se ponían nerviosas e intranquilas. Otra versión, en
cambio, afirma que el café lo descubrieron unos monjes que lo utilizaban para
proporcionarse insomnio en sus horas de oración nocturna. Sea como fuere, el
caso es que se conocen unas 30 especies de café.
Arabia y las zonas cercanas
permanecieron como las únicas fuentes de abastecimiento para el café hasta 1658,
cuando los holandeses introdujeron la C. arabica a Ceilán y, en 1699, a Java.
Unos veinte años después de establecerse en Java, los embarques de C. arabica,
vía París, a la Martinica y otros países, proporcionaron el núcleo para una
gran cantidad del café arábigo ahora bajo cultivo, incluyendo casi todas las
plantaciones del Nuevo Mundo.
Ø CARACTERES BOTÁNICOS.
El
género Coffea, consta de 25 a 40 especies en Asia y África tropicales;
pertenece a la tribu Coffeoideae de la familia Rubiaceae. Géneros relacionados
con ella y de valor económico u ornamental incluyen la Quina, Ixora, Pavetta y
Gardenia, siendo la primera la fuente para la obtención de quinina.
ü Floración.
Las flores del café son polinizadas por el viento y otros agentes; hay
aparentemente un elevado porcentaje de polinización entre las plantas
adyacentes. Las variedades de café arábigo pueden amarrar fruta con la
autopolinización, mientras que las del grupo robusta no lo logran. Se dice que
las flores del café liberiano se autopolinizan en el estado de botón, pero esto
no evita que sean polinizadas en cruz por el polen extraño y de germinación más
rápida después de que las flores han abierto. La tendencia hacia la
heterostilia, que se observa con frecuencia en toda Rubiaceae, se ha
presentado, según se informa, en varias especies de café, particularmente en el
grupo robusta. Las, variedades de café arábigo y los híbridos de las formas
arábiga y liberiana, son casi autocompatibles; mientras que la autoesterilidad
es común en el grupo robusta.
Recientes
experimentos de campo tratan de averiguar la influencia de la temperatura en el
crecimiento vegetativo y en la floración. Dichos ensayos revelan que existen
unas temperaturas óptimas para la floración que oscilan entre los 33-28 grados
en verano, potenciándose tanto el crecimiento vegetativo como el número de
nudos florales. Cuando las temperaturas invernales oscilan entre los 23-18 ºC
se ha visto que estas favorecen el desarrollo posterior de la planta además de
favorecer la sincronización de la floración para desarrollar el máximo número
de inflorescencias por nudo (Drinnan y Menzel, 1995). Otros ensayos tratan de
ver el efecto del estrés hídrico en la sincronización de la antesis floral, los
experimentos son bastante reveladores y prometen el uso de la irrigación y
estrés hídrico en las últimas etapas del desarrollo floral para sincronizar la
floración (Drinnan y Menzel, 1994).
ü Especies y variedades.
Las
especies y variedades de café que caracterizan al género Coffea están mal
definidas, no bien entendidas y sumamente confusas desde el, punto de vistas
hortícola. Quizá no hay dos botánicos que estén de acuerdo en cuantas especies
válidas existen. Gran parte de la dificultad surqe del hecho de que los cafés,
como los cítricos y algunos otros cultivos frutales, son sumamente
polimórficos. Numerosas formas, tipos y variedades son nativos del África y
Asia tropicales, mientras que muchos otros existen en plantaciones cultivadas.
Hay
cuatro especies o grupos o formas principales, que se cultivan ampliamente y
constituyen los cafés del comercio: café arábigo (C. arabíca L.), café robusta
(C. canephora Pierre ex Froehner), café liberiano (C. liberica Mull ex Hiern),
y café excelso (C. excelsa A. Chev.); además, existe una gran cantidad de otras
especies llamadas económicas, que se plantan en escala local y normalmente no
entran a los canales comerciales.
ü Coffea Arabica:
El
café arábigo, (C. arabica L ; syn.: C. vulgaris Moench, C. laurijolia Salisb.)
es nativo de las tierras altas de Etiopía, en elevaciones que oscilan entre los
1,350 y los 2,000 m. Es posiblemente nativo de otras partes de África y Arabia
en el Asia.
Se
trata de un arbusto o árbol pequeño liso, de hojas lustrosas. Las hojas son
relativamente pequeñas, pero varían en anchura, promediando de 12-15 cm de
largo y más o menos 6 cm de ancho, de forma oval o elíptica, acuminadas,
cortas, agudas en la base, algunas veces un tanto onduladas, siemprevivas.
Flores fragantes, de color blanco o cremoso, subsésiles o muy cortamente
pediceladas, varias en cada axila de las hojas, de 2-9 o más juntas en racimos
axilares muy cortos o laterales bracteolados; las bractéolas son ovadas, los
más internos connatos en la base de los pedicelos, cayéndose pronto del
cáliz-limbo poco profundo, subtruncado u obtusamente 5-denticulado; la corola
es de cinco lóbulos, éstos son ovales, obtusos o puntiagudos, igualando o
excediendo el tubo, extendiéndose; las anteras más cortas que los
lóbulos-corola, completamente salientes, fijos un poco abajo de la mitad de los
filamentos los que son más o menos de la mitad de su largo. El disco liso. El
estilo más o menos igualando a la flor extendida, bífido, lóbulos lineales, más
angostos hacia la punta. La baya oblonga - elíptica, más o menos de 1,5 cm de
largo, al principio de color verde, después de color rojo y con el tiempo de
color azul - negro. Las semillas varían en tamaño de 8,5 a 12,7 mm de largo.
En
la literatura científica se han descrito numerosas variedades botánicas y
hortícolas de C. arabica.
Esta
especies posee dos variedades botánicas que son: Coffea arabica var. arabica y
Coffea arabica var. bourbon. .
ü Coffea Canephora:
El
café Robusta (C. canephora Pierre ex Froehner) es nativo de los bosques ecuatoriales
de África, desde la costa oeste hasta Uganda y la parte sur del Sudán, lo mismo
que de la parte de África occidental, entre las latitudes de 10º norte y 10º
sur, en elevaciones desde el nivel del mar hasta más o menos 1000 metros de
altura. Haarer da la siguiente descripción de C. canephora: Se trata de un
árbol o arbusto liso, con hojas anchas que a veces adquieren una apariencia
corrugada u ondulante, oblonga – elíptica, cortas, acuminadas, redondeadas o
ampliamente acuñadas en su base, de 15-30 cm de largo y 5-15 cm de ancho; la
nervadura media es plana por arriba, prominente por debajo, las nervaduras
laterales son de 8-13 pares; el peciolo es fuerte de 8-20 mm de largo; las
estípulas interpeciolares son ampliamente triangulares, largas puntiagudas,
connatas en su base, semipersistentes. Tiene flores blancas, algunas veces
ligeramente difusas con rosa, en dos racimos axilares, sésiles, con o sin
brácteas con hojas. La corola de 5-7 lóbulos, el tubo sólo un poco más corto
que los lóbulos. Los estambres y el estilo bien salidos. Las bayas ampliamente
elipsoides, más o menos de 8-16 mm, estriadas cuando secas. La planta es muy
variable en su estado silvestre.
El
café robusto fue utilizado por los nativos de toda el área de donde proviene,
mucho antes que los europeos llegaran al África Ecuatorial. Los primeros
colonizadores, al movilizarse al interior de esta parte de dicho Continente,
encontraron árboles de café en parcelas alrededor de las villas, o en las
junglas cercanas, que eran cosechados regularmente. Aún hoy, una parte
importante del café robusta producido en África, proviene de pequeñas
propiedades. La aparición del brote de roya por hemileia, en 1800 y años
posteriores, y varios otros problemas, principalmente la falta de entendimiento
en cuanto a las condiciones apropiadas de suelo y clima, forzaron a los
productores en el Lejano Oriente a abandonar el cultivo del café arábigo.
ü Coffea Liberica:
Café
liberiano (C. liberica Bull ex Hiern) es nativo de los alrededores de Monrovia
en Liberia. Según los investigadores, éste ha escapado del cultivo en la
mayoría de los países a lo largo de la costa oeste de África. El café liberiano
es un árbol sumamente ornamental y pronto fue conocido en muchas otras partes
del mundo, después de su descubrimiento en 1872. Su descripción botánica es la
siguiente:
Es
un arbusto o árbol liso. Las hojas son más bien grandes, brillantes; la vaina
ampliamente acuñada en su base, ampliamente elíptica - ovalada, corta,
acuminada, un tanto ondulada, delgada, coriácea, tiene más o menos 20 cm de
largo y 10 cm de ancho, las nervaduras laterales de las hojas son de 7-10
pares, con huecos en las axilas de las nervaduras; el peciolo es de 10-16 mm.
de largo, las estipulas ampliamente ovadas, apiculadas, connatas en su base,
más cortas que el pecíolo, tienen de 3-4 mm de largo. Las flores blancas, en
cantidad de 7-6, subsésiles, reunidas varias en racimos, axilares, alcanzan más
o menos de 3-5 cm de largo; las bractéolas son connatas, caliculadas,
deprimidas, deltoides, subtruncadas, todas más cortas que el cáliz que es
subtruncado, algunas veces se produce una bractéola oval arriba de las otras.
El limbo del cáliz es anular, muy corto. Los lóbulos de la corola; son de 6-8,
lóbulos ovales, obtusos, más o menos, tan largos como el tubo y, extendidos.
Las anteras de 6-7, completamente salidas, tienen 1,27 cm de largo; los
filamentos, 6.4 mm. El estilo es salido, bífido. La baya, oval, más o menos de
2,5 cm de largo, al principio roja después negra cuando está madura, arrugada
cuando está seca. La semilla es de 1,27 cm o un poco más.
ü Coffea Excelsa:
El
café excelsa, (C. excelsa A. Chev), fue descubierto en la región semiárida, del
lago Chad en 1905. Se parece al café liberiano en el tamaño del árbol y las
hojas, y en la consistencia de cuero de sus frutos, pero difiere de él en que
tiene flores, frutos y granos más pequeños –estos últimos de regular calidad-.
Su descripción botánica es la siguiente:
Se
trata de un árbol con hojas grandes, de 6-15 m hasta 20 m de altura, con la
corteza grisácea y rayada longitudinalmente. Las hojas varían en tamaño pero
son más o menos ovaladas - lanceoladas, algunas veces ovaladas-espatuladas con
la punta angosta y aguda en el ápice. Las vainas son de 18-28 cm de largo, de
9-12 cm de ancho; las nervaduras laterales en 6-9 pares; las flores son
pequeñas, de color blanco o rosado, fragantes, dispuestas de una a cinco en
racimos en cada nudo; cada racimo con, 2-4 flores que persisten por bastante
tiempo, después de marchitarse. La corona es de 5-6 lóbulos; los tubos, de 8-2
mm de largo mucho más cortos que los lóbulos; los lóbulos, de 10-12 mm de largo
por 6 mm de ancho. Los estambres son de color verde y el estilo, bien salido.
El cáliz sumamente reducido o ausente, es más corto que el disco ; las bayas
son ovoides y un poco comprimidas, de 17-18 mm de largo, de 15 mm de ancho.
Ø
PRODUCCIÓN
MUNDIAL
La
especie económicamente más importante de café es Coffea arabica la cual produce
aproximadamente el 80-90% de la producción mundial, C.canephora cerca del 20% y
C.liberica sobre un 1%. Las semillas de algunas especies salvajes se usan
localmente, siendo algunas de estas especies las siguientes:
C.bengalensis Heyne ex
Willd: crece en Bengala, Burma y Sumatra, es ocasionalmente cultivada en la
India.
C.congensis Froehn: nativa
del Congo, posiblemente una forma de C.canephora.
C.eugenioides S.Moore:
nativa del lago Kivu, en la frontera entre Zaire y el oeste de Uganda y
Tanzania. Recuerda una forma de C.arabica, las semillas tienen un bajo
contenido en cafeina.
C.excelsa A.Chev. (sinónimo
C.dewevrei De Wild & Th. Dur. Var. excelsa A. Chev): nativa del oeste de
África, crece como un gran árbol, hojas largas, frutos y semillas pequeñas.
Crece en el oeste de África, las Filipinas y Java. Algunas veces es incluida
dentro de C.liberica pero las semillas y frutos son mucho más pequeñas que esta
última.
C.racemosa Lour: nativa de
Mozambique, donde es usada localmente.
C.stenophylla G.Don: nativa
de Sierra Leona, ocasionalmente cultivada en el oeste de África. Las semillas
son más pequeñas que en C.arabica, y de menor aroma.
C.zanguebariae Lour: nativa
de Tanzania, donde es ocasionalmente cultivada y usada, los frutos y semillas
son semejantes a C.arabica.
Producción en miles de
sacos de 60 kg.
Brasil. Variedad duro. Arábica.
Fuerte, cuerpo denso, carece completamente de acidez.
Camerún. Robusta. No lavado, con
mucha cafeína, fuerte, amargo, denso. Sin aroma.
Colombia natural. Arábica. Suave,
ácido y muy aromático.
Costa Rica. Variedad Tarrazu.
Arábica Sabor gustoso entre Nicaragua y Brasil, neutro de acidez.
Cuba. Arábica. Muy suave, sin
acidez, cuerpo muy ligero.
Guatemala. Maragogipe. Arábica.
Sabor dulzón, más aromático que la clase antigua.
Guatemala. Variedad antigua.
Arábica. Café muy suave, sin acidez, muy neutro.
Guatemala. Volcán de oro. Arábica.
Es la clase mas gourmet de los Guatemala. Sabor más intenso y con mas cuerpo.
Hawai. Kona. Arábica. Muy afrutado,
fina acidez, aroma intenso, cuerpo ligero.
India. Mysore. Arábica. Sabor seco y
fuerte, cuerpo denso y ligero aroma, neutro.
Jamaica - Blue Mountain. Arábica. El
café mas apreciado del mundo, de producción escasa. Muy suave, carece de
acidez, cuerpo ligero y escaso contenido en cafeína.
Kenia Doble - A. Arábica. Afrutado y
sabor intermedio.
Ø CLIMA Y SUELO.
El café se cultiva en lugares con
una precipitación que varía desde los 750 mm anuales (7.500 m3/ha) hasta 3000
mm (30.000 m3/ha), si bien el mejor café se produce en aquellas áreas que se
encuentran en altitudes de 1200 a 1700 metros, donde la precipitación pluvial
anual es de 2000 a 3000 mm y la temperatura media anual es de 16º a 22º. Pero
aún más importante es la distribución de esta precipitación en función del
ciclo de la planta. Podemos decir que el cultivo requiere una lluvia (o riego)
abundante y uniformemente distribuida desde comienzos de la floración hasta
finales del verano (Noviembre – Septiembre) para favorecer el desarrollo del
fruto y de la madera. En otoño sin embargo es conveniente un período de sequía
que induzca la floración del año siguiente.
El café prospera en un suelo
profundo, bien drenado, que no sea ni demasiado ligero ni demasiado pesado. Los
limos volcánicos son ideales. La reacción del suelo debe ser más bien ácida.
Una variación del pH de 4,2-5,1 se considera lo mejor para el café arábigo en
Brasil y para café robusta en el África Oriental.
Además, la respuesta fotosintética y
síntesis bioquímica de la planta se ve muy influida por el período climático
del año. Así los diferentes niveles de clorofilas, carotenóides, etc., se ven
modificados en función de las temperaturas, de la intensidad luminosa (Damatta
et al, 1997).
Ø CULTIVO.
Aparte de las diferencias en los
sistemas de poda que se discutirán más tarde, el cultivo del café arábigo y
robusta, sigue el mismo patrón general en la mayoría de las áreas donde se le
cultiva.
ü
Propagación
El café se propaga en gran
escala por medio de plantas obtenidas de semilla, o vegetativamente, por medio
de injertos o estacas.
Para el caso de la
utilización de semillas existen algunos datos sobre el adecuado almacenamiento
de las mismas para impedir su deterioro. Así para C.arabica el almacenamiento
bajo aire seco de las mismas se hace a unas temperaturas de 10 ºC con un
contenido de humedad del 10-11% (Hong y Ellis, 1992).
El sistema actual de
propagar el café por medio de plantas obtenidas de semilla en las plantaciones
cafetaleras, incluye el sembrar las semillas en almácigos especiales, donde las
plantitas serán cuidadas hasta que se les trasplante en el campo. El vivero es
una plantación típica; está situado en el mejor terreno disponible. Si es
posible se utiliza tierra virgen para minimizar las enfermedades. Cada almácigo
se prepara para ser el sostén del vivero limpiándolo de piedras, nivelándolo,
etc. Además se sitúa bajo una ligera sombra de hojas de palma o tira de bambú.
Dentro del almácigo se disponen hileras espaciadas unos 15 cm, a lo largo de
los surcos. El material de siembra se selecciona cuidadosamente en cuanto a su
adaptabilidad a las condiciones locales lo mismo que por su capacidad de alto
rendimiento, resistencia a las enfermedades y demás criterios. Cuando las
plantas alcanzan una altura de 15 a 20 cm, o sea aproximadamente de seis a ocho
meses después de la siembra, los arbolitos están listos para su trasplante.
Cuando la propagación es
por estaquillado se pueden utilizar auxinas, IBA y/o NAA para fomentar la
aparición de raíces. Las concentraciones recomendadas oscilan entre los 200 ppm
de NAA junto con Boron, o la combinación de IBA y NAA a 200 ppm más Boron (Ono
et al, 1994).
Los arbustos de cafeto son
intolerantes a la perturbación de sus raíces por lo que se les debe trasplantar
con cuidado.
Además, estudios recientes
sobre la influencia del sustrato utilizado en los viveros, así como el grado de
micorrizas asociadas a las plántulas de café, influye notablemente en el éxito
del trasplante. Se ha demostrado la importancia de la calidad de la mezcla del
suelo, el estado de micorrización por hongos y las condiciones del suelo tras
el trasplante. Dichas condiciones pueden acelerar o retrasar el proceso de
adaptación al nuevo medio de cultivo de las jóvenes plantas de café (Siqueira
et al, 1995).
Las plantaciones clonales
de café se obtienen ya sea injertando las plantas de semilla por hendidura en
los viveros, o sembrando las plantas por semilla en maceta, o por medio de
estacas. A las plantas obtenidas de semilla que se han de utilizar como
patrones se les permite que crezcan hasta el grosor de un lápiz, antes de que
se les corte. Las varetas de yema para injertos siempre se toman de las ramas
erectas. Cuando las yemas han crecido hasta 15 a 20 cm, 12 a 18 meses después
de la siembra, los cafetos se sacan del campo. Las estacas también se pueden
enraizar y utilizarse como patrones, pero la práctica general consiste en tomar
varetas del clon que se desee en el campo. El porcentaje que vive ha sido
satisfactorio, en aquellos lugares en donde se han usado las hormonas
inductoras del enraizado, en el material de propagación con madera suave. Los
estacados también se pueden enraizar sin gran dificultad, en las camas de
propagación bajo rocío. Todos los métodos de propagación vegetativa son mucho
más costosos que el uso de semillas, por lo tanto rara vez se les utiliza
cuando se deben plantar áreas extensas.
Los cafetos jóvenes deben
tener sombra continua desde la época en que se les trasplante,
consecuentemente, resulta necesario trasplantar los árboles de sombra con uno o
dos años de anticipación. El espaciado que se da a los cafetos se determina
principalmente por la altitud de la plantación. La distancia comúnmente usada
en la siembra del café arábigo es de 2,0 x 2,5 m, lo cual da más o menos 2,000
árboles por ha. Otro método de siembra consiste en el doble trasplante al
principio. Después los árboles alternos se eliminan cuando empiezan a resultar
demasiado aglomerados y los rendimientos empiezan a bajar.
La densidad de plantación
influye, según estudios recientes, en las propiedades físico – químicas del
suelo modificándolas en gran medida. Así al aumentar esta densidad, se
incrementa el pH del suelo, el Ca, Mg y K intercambiables, el P y carbón
orgánicos disponibles, y se reduce el Al disponible. Incrementando la
superficie cubierta por los árboles, decrece la erosión del suelo por las
lluvias, disminuye el lixiviado de nutrientes, y en general, el ciclo de
nutrientes en el suelo se ve favorecido, afectando todo ello al mejor manejo de
la plantación (Pavan et al, 1996).
ü
Sombra.
Si bien todavía existe
alguna discusión entre los expertos sobre la necesidad de la sombra para el
cultivo del café, es preciso indicar que la tendencia moderna es hacia la no
utilización de plantas de sombra, y la inmensa mayoría de las nuevas
plantaciones son efectuadas sin esta. Es un hecho comprobado que el café
produce invariablemente mayores rendimientos sin plantas de sombra. Hay que
hacer notar, por otra parte, que en el caso particular de utilizar plantas de
sombra tendrían que: a) ser productivas, b) poseer similares necesidades de
agua y nutrientes ya que de otro modo se originaría un desequilibrio entre el
café y estas plantas.
El espaciado y la cantidad
de poda dada a los árboles de sombra en las plantaciones de café, depende en
particular de la especie y de la localidad consideradas. Generalmente los
árboles más grandes se deben espaciar a una distancia de 10 a 12 m, mientras
que los más pequeños, como Leucaena, se siembran mucho más cerca. Donde se
necesita la protección del viento, se pueden plantar setos vivos.
ü
Manejo del suelo.
El problema más difícil en
el cultivo del café, especialmente en las regiones tropicales de de las tierras
altas, es la conservación del suelo. Es esencial al establecer una plantación
de café, proteger al suelo de la acción erosiva de las lluvias tropicales,
torrenciales, tan pronto como se realice el desmonte. En las áreas montañosas y
en las pendientes más inclinadas, se pueden plantar a lo largo de los
contornos, setos vivos de Leucaena. El deshierbe selectivo, eliminando aquellas
plantas que pueden competir con los árboles de café junto con los arbustos
leguminosos de crecimiento erecto, y/o las hierbas para enriquecer y proteger
al suelo, se pueden utilizar con ventaja en las pendientes más inclinadas.
El mantenimiento de las
reservas adecuadas de humedad del suelo, es importante para el bien del café.
En tanto que es benéfico, desde el punto de vista de la floración y la cosecha,
que las capas superficiales del suelo se sequen hasta cierto grdo antes de la
presencia de la temporada lluviosa, al mismo tiempo las raíces más profundas,
buscadoras de humedad, que algunas veces penetran a profundidades de 4 a 5 cm,
deben abastecerse con una cantidad de agua.
ü
Fertilización.
Está demostrado que los
fertilizantes son absolutamente necesarios en los cultivos de cafetos al sol en
los suelos de todo el mundo pero especialmente en aquellos de fertilidad media
– baja. En los últimos años han aparecido en el comercio fertilizantes líquidos
o fertilizantes foliares que, aplicados por aspersión a las hojas de las
plantas, le suministran los nutrientes complementarios, igual como lo hacen los
fertilizantes sólidos aplicados al suelo.
La fertilización foliar
tiene innegables ventajas sobre la aplicación de fertilizante al suelo. La
principal ventaja es que el fertilizante aplicado a las hojas es absorbido en
una elevada proporción, no inferior al 90%. Por el contrario los fertilizantes
aplicados al suelo se pierden en un 50% o más, por diferentes motivos. Otras
ventajas de la fertilización foliar es que se pueden aplicar funguicidas en la
misma solución. Al mismo tiempo que nutrimos estamos controlando las
enfermedades. Así por ejemplo, aplicaciones de uno por ciento de urea y de
medio por ciento de Manzate, u otro funguicida similar, en aspersiones
quincenales en almácigos o siembras recientes en el campo, para la
fertilización nitrogenada y al mismo tiempo el control de la mancha de hierro,
enfermedad fungosa de gran difusión en las plantaciones de cafetos al sol.
Otra ventaja de la
fertilización foliar es la aplicación por este medio, de micronutrientes o
elementos menores cuando se comprueba que hay deficiencia de ellos. Así se
recomiendan dos aspersiones de bórax al 1 por ciento, al año, cuando se
presentan deficiencias de boro, o aplicación de 20 gramos de bórax al suelo,
por cafeto.
Como desventajas de la
fertilización foliar se apuntan un mayor número de tratamientos o
fertilizaciones para asegurar un suministro suficiente de nutrientes a la
planta. Finalmente, según en base a estudios de costos y a pesar de las
ventajas antes citadas, parece que el empleo de fertilización foliar en
cafetales en producción no es recomendable pues comparando la efectividad entre
la aplicación al suelo y la aspersión foliar, con el alto costo de los
fertilizantes foliares, ésta es una práctica totalmente antieconómica en
aquellos lugares donde los precios de dichos productos sean elevados.
Ocasionalmente se pueden
presentar deficiencias en boro, calcio, magnesio, nitrógeno, fósforo, potasio y
cinc. Sirva como ejemplo el caso del calcio cuya deficiencia tiene una gran
importancia sobre la eficiencia fotoquímica, teniendo una gran importancia en
la estabilización de la clorofila (Ramalho et al, 1995).
Además se ha demostrado que
existe una relación muy estrecha entre la capacidad de adaptación de los
cafetos a producir con menos sombra si los cultivos disponen de niveles
adecuados de nitrógeno. La facilidad con la que se produce la transición de
plantación con sombra a otra sin árboles de sombreo dependerá en gran medida de
la calidad de la fertilización nitrogenada (Fahl et al, 1994). Otros ensayos
sobre el efecto de la radiación directa sobre cultivos de café muestra que los
daños que se producen, cuando las plantas son sensibles a su cultivo en dichas
condiciones, son menores cuando se les aplica una adecuada fertilización
nitrogenada (Nunes et al, 1993).
ü
La poda.
Existen dos aspectos
principales que hay que tomar en consideración en cuanto a la poda del café:
primero, la formación de los árboles jóvenes para construir una estructura
vigorosa y bien balanceada con buenas ramas de fructificación, y segundo, el
rejuvenecimiento periódico de la ramas de fructificación, a medida que
envejecen y dejan de producir.
. Un sistema mixto permite
que crezca un solo tallo principal hasta una altura de 1,35 a 1,50 m, altura a
la cual se poda para evitar su posterior extensión hacia arriba. Las ramas
secundarias y terciarias que empiezan desde el tallo principal y las ramas
principales laterales se podan para proporcionar el espaciado uniforme y para que
la luz llegue a toda la superficie productora.
El método general más usado
para la formación del café en África y en todo el resto del mundo es uno de los
sistemas de tallo múltiple. Casi cada país ha desarrollado una o más variantes
sobre dos patrones generales. Los árboles se pueden cortar cuando tienen más o
menos 30 cm de altura, de nuevo a una altura mayor, de tal manera que haya de 3
a 4 tallos erectos de aproximadamente igual tamaño y fuerza formando la
estructura básica del árbol. Los otros dos sistemas generales consisten en
doblar la punta del tallo hasta que crezcan ramas erectas y el tallo principal
haya crecido lo suficiente para retener su forma doblada. Se retienen de dos,
tres o cuatro de las mejores ramas rectas, y el resto se corta. La punta de la
guía principal se puede cortar o se puede dejar crecer. en el invernadero es
una práctica común el sembrar las semillas cerca para que las plantas crezcan
altas y delgadas. Los mejores árboles se producen si las plantas con más o
menos seis pares de hojas se doblan.
Tanto con el sistema de
for
mación de un solo tallo o uno múltiple, es necesario el rejuvenecimiento periódico de los árboles, para mantenerlos en condiciones de producción vigorosa.
La mejor época del año para
podar a los árboles de café es poco después de la cosecha, puesto que la mano
de obra es abundante entonces y las plantas así tienen tiempo de recuperarse
antes de la siguiente temporada de floración.
Ø
RECOLECCIÓN.
La temporada en la cual las
bayas de café maduran y están listas para la cosecha varía de acuerdo con las
condiciones del clima y el suelo, con las prácticas de cultivo y, por supuesto,
con la especie. Donde existe un solo período seco más o menos bien definido, el
café puede madurar como una sola cosecha; si la temporada de lluvias está
bastante bien distribuida, pueden madurar de dos a tres cosechas con intervalos
durante el año. La temporada puede extenderse de desde unas cuantas semanas a
varios meses, aun dentro de un medio ambiente ideal para el cultivo del café.
La calidad comercial de los
granos de café resulta profundamente influida por la forma en quese cosechan y
benefician los frutos. Mientras más maduros sean los frutos cuando se
recolectan, más elevado será el grado del grano. En forma ideal, las bayas de
café se deban cosechar cuando están de color rojo oscuro, sin vestigio alguno
de restos verdes. Donde hay disponible suficiente mano de obra y se desea café
de calidad selecta, los árboles se recolectan varias veces, recogiéndose solo
las bayas plenamente maduras. Desafortunadamente el café arábigo y, en cierto
grado el robusta, tienen la desventaja de tirar su fruta después de que ha
madurado más allá de cierto punto.
Los rendimientos varían
según los países, entre los 2400 y los 21500 kg de café de baya por hectárea.
Ø PROCESADO.
Las bayas de café maduras poseen una
cáscara delgada, carne mucilaginosa, una cubierta y capas de cáscara de plata
alrededor de las semillas, todo lo cual se debe eliminar antes de que los
granos crudos se envían al mercado. Existen dos métodos para el procesado: el
seco y el húmedo. El primero se utiliza en la mayoría de las regiones
productoras de café actualmente en todo el mundo. El sistema de beneficio en
seco aún se emplea extensamente en Brasil, pero se está sustituyendo
gradualmente en aquellas localidades donde hay disponible suficiente agua. Los
cafés robusta y liberiano no producidos en la plantación, también se procesan
en seco, como regla.
El principal requisito para el
beneficio del café en húmedo, es un abundante abastecimiento de agua. Las
operaciones principales son el despulpado, la fermentación, el secado y el
curado. En el despulpado, las bayas maduras se pasan por una máquina que está
ajustada para arrancar la cáscara y la mayor parte de la carne, sin dañar los
granos. Generalmente se usa una despulpadora más pequeña que la principal, para
repasar a los granos de tamaño inferior, que de otra manera se perderían.
Después, los granos pasan por un separador para eliminar las cáscaras y la
pulpa. Los granos de tamaño normal y los ligeros o de tamaño inferior se
manejan en forma separada de aquí en adelante. Los frutos de color rojo maduro
se deben despulpar dentro del termino de 24 horas después de la cosecha, para
evitar su posible sobrecalentamiento y el manchado del grano por la pulpa en
putrefacción. Las bayas que son demasiado verdes no se despulpan bien y están
más sujetas a daño. Después de que los granos despulpados salen del separador,
se les lava antes de que pasen a los tanques de fermentación. El lavado antes
de la fermentación se omite algunas veces, pues sé cree que estimula el
"olor a cebolla". Los tanques de fermentación son depósitos rectangulares
grandes, con el fondo inclinado ligeramente hacia el extremo de la salida. Se
les puede operar de tal manera que haya un movimiento lento continuo de agua o
ésta se estanca, en cuyo caso los granos se lavan periódicamente. El propósito
de la fermentación es para eliminar la pulpa que se adhiere a las cubiertas de
los granos. Estos se ponen en los tanques a una profundidad de más o menos 50 a
75 cm y deben permanecer ahí hasta que ya no sean pegajosos al tacto. La
fermentación ordinariamente se completa en 18 a 24 horas, pero puede requerir
hasta 80 horas donde la temperatura del aire es baja y la altitud es elevada.
Los granos no se deben dejar en los tanques más de lo necesario, puesto que
pueden desarrollar un sabor avinagrado si se sobrefermentan. Los granos
sobremaduros pueden requerir tan sólo unas 12 horas para completar la
fermentación. Antes de secarse, los granos se lavan concienzudamente, para que
queden tan limpios como sea posible. Esto se puede realizar en bateas o en
lavadoras mecánicas, de las cuales hay disponibles diversos tipos tanto
horizontales como verticales.
Se utilizan dos métodos de secado,
el secado al sol o el secado mecánico por medio de aire caliente. Los granos
húmedos se extienden en una capa delgada y se, mezclan ocasionalmente para
darles un secado uniforme. Después de ocho a diez días bajo el sol, se habrá
bajado el contenido de humedad hasta los niveles deseados. Aunque se considera
que se obtiene un producto ligeramente mejor, el secado al sol requiere
considerable espacio, tiempo y mano de obra; consecuentemente muchas fincas
utilizan secadores rotarorios. Se pasa una corriente de aire caliente de 80 a
85ºC sobre los granos húmedos, durante las primeras horas, después de lo cual
se mantiene una temperatura de 75. el secado se completa de 20 a 24 horas.
Algunas fábricas prefieren combinar los dos métodos; los granos se extienden al
sol por unos cuantos días y el proceso se completa en una secadora mecánica.